viernes, 20 de septiembre de 2013

2 cuentos cortos de El Conde Lucanor

Portada del libro el conde lucanor de don juan manuel
Don Juan Manuel nació en Toledo en 1282, y murió en Córdoba en 1348. Fue político y escritor. Era sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Sabía esgrima, equitación, latín, historia, derecho y teología. A los ocho años perdió a sus padres. A los doce fue a la guerra contra los moros. Se casó tres veces y llegó a ser uno de los hombres más ricos de Europa: tenía un ejército de mil hombres y acuñaba su propia moneda. El libro que lo hizo inmortal fue El conde Lucanor, conjunto de cuentos moralizantes al que pertenecen los dos "ejemplos" que te presento a continuación.

 

Ejemplo II: De lo que sucedió a un honrado campesino con su hijo


Un honrado campesino y su hijo vivían cerca de la ciudad. Un día de mercado el padre pidió a su hijo que se encaminase a ella para adquirir algunas cosas que necesitaban y acordaron llevar una bestia para traerlas. Yendo al mercado, llevaban el animal descargado y ambos iban a pie. En tal momento, encontraron a unos caminantes que venían de la dicha ciudad. Cuando hubieron conversado brevemente, se separaron, y los hombres empezaron a dialogar diciendo que no les parecían de mucho tino el padre y su hijo, pues llevaban la bestia sin carga e iban a pie. El labrador, después de escuchar aquello, preguntó a su hijo cómo le parecía lo que afirmaban. Éste manifestó que era cierto y que no tenía sentido ir ellos a pie llevando la bestia descargada. Ordenó entonces el labrador a su hijo que subiese al animal.
Proseguido el camino, encontraron a otros viajeros, quienes, al alejarse de ellos, comenzaron a decir que era grave error el de aquel labrador ir él —ya viejo y agotado— a pie, mientras el mancebo, resistente a la fatiga, iba montado. Interrogó entonces el buen labrador a su hijo sobre aquella afirmación, y éste le respondió que era razonable. Entonces él ordenó a su hijo que descendiese para subir él en el animal.
Poco después se encontraron con otros, y éstos expresaron que era un error que fuese a pie el joven, de pocos años, nada resistente al cansancio, y el anciano, ya acostumbrado a los sufrimientos, sobre el animal. Ordenó, pues, el labrador a su hijo que trepase en la bestia para que así ninguno fuese a pie.
Caminando así, encontraron a otros viajeros, quienes empezaron a decir que el animal era flaquísimo: apenas podía recorrer el camino, de modo que cometían gran yerro en ir ambos sobre él. Preguntó el labrador a su hijo qué le parecía la afirmación y él le respondió que era verdad, por lo que el padre dijo lo siguiente:
—Esto te ha de servir de experiencia para lo que acaezca en tu patrimonio: ten la certeza de que nunca harás cosa que todos aprueben. Si quieres hacer lo más elevado y de mayor beneficio, trata de realizar lo mejor y lo que comprendas te sea de más honra; no tratándose de algo malo, no dejes de cometerlo por temor al qué dirán, pues es cierto que la gente tiene costumbre de hablar antojadizamente y no analiza lo que es para su mayor beneficio.


Ejemplo V: De lo que sucedió a una zorra con un cuervo que llevaba un pedazo de queso en el pico


En una oportunidad, un cuervo encontró un gran trozo de queso y subió a un árbol para poderlo comer a su antojo, sin recelo ni preocupación. Cuando allí estaba, pasó por abajo la zorra y al ver el queso que tenía el cuervo empezó a tramar la manera de arrebatárselo, por lo cual comenzó a hablarle de este modo:
—Don Cuervo: hace largo tiempo que oí hablar de vuestra nobleza y hermosura y aunque os he buscado mucho, no quisieron Dios ni mi suerte que os encontrase hasta ahora, que os veo y comprendo que en vos hay mucha más belleza de la que me ponderaban. Para que veáis que no os lo digo por lisonja, así como os mostraré las excelencias que en vos encuentre, así también os señalaré aquello en que la gente considera que no sois tan apuesto. Todos consideran que el color de vuestras plumas, de vuestros ojos, del pico, las patas y las uñas es negro, y porque lo negro no es tan bello como lo de otro color, siendo vos así, piensan que constituye mengua de vuestra hermosura, y no se dan cuenta de que se equivocan mucho. Pues aunque vuestras plumas son negras, ese color es tan brillante e intenso, que da reflejos azules, como el plumaje del pavo real, la más hermosa ave del mundo. Y aunque vuestros ojos son negros, en cuanto a ojos, son mucho más hermosos que otros ningunos, pues la propiedad del ojo no es sino ver, y como todo lo negro conforta la visión, las mejores pupilas son las de ese color, por lo que se loan las de la gacela, más oscuras que la de ningún otro animal. Además, vuestro pico y garras son más poderosos que los de ninguna otra ave de vuestro tamaño. Igualmente, sois tan ligera en el vuelo que nada os daña ir contra el viento, por fuerte que sea, lo que otras aves no pueden hacer con la facilidad que vos. Por ello considero que, pues Dios todo lo hace con razón, no habría consentido que, siendo vos tan perfecto, hubieseis tenido la deficiencia de no cantar mejor que otras aves. Y ya que Dios me hizo tanta merced de veros y sé que reside en vos mucha más belleza de cuanto oí loar de vos, si pudiese escuchar vuestro canto me consideraría eternamente bienaventurada.
Por las buenas razones que le había escuchado como por los halagos y ruegos que le hacía la zorra para que cantase, abrió el pico para satisfacerla. Y cuando empezó a cantar, cayó el queso en la tierra, lo tomó la zorra y huyó con él.

Entendiendo don Juan Manuel que este apólogo era excelente, ordenó incluirlo en el presente libro y agregó los versos que contienen, abreviado, su sentido moral:

El que te alaba con lo que no tienes,
llevarse lo tuyo sin duda quiere.

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